Mariela Encarnación

Una profunda pasión por comunicar

Mariela Encarnación es una dominicana que se atrevió a soñar en grande. Esta comunicadora, productora y presentadora se dedicó desde sus inicios a triunfar no solo en su país natal, sino también en Estados Unidos.  La pasión por la comunicación es algo que nació con Encarnación, así como su capacidad para conectar, su bondad, su perseverancia y ese gran carisma que la caracterizan. Sus esfuerzos por ser su mejor versión y por demostrar su talento, ha arrojado resultados maravillosos que conforman una inspiradora historia. 

ESTYLO Magazine la entrevistó para conocer un poco más sobre sus raíces, su vida, sus logros, sus proyectos.  

Mariela Encarnación, una dominicana que se atrevió a soñar en grande.

Mariela Encarnación, una dominicana que se atrevió a soñar en grande.

Acabas de ganar el premio Comunicadora Destacada en el Extranjero, ¿cómo te sientes?

Muy agradecida siempre que uno recibe un reconocimiento, sobre todo una premiación como es The Best of RD 2023, que ya tiene más de una década ganándose la credibilidad de todo el país. Me siento contentísima y comprometida porque yo creo que cada reconocimiento, además, de ser una manera de rendirle tributo al trabajo que hemos realizado, también es un compromiso de seguir enfocados y dando todo para seguir recogiendo los frutos de una labor tan fascinante. 

¿Hace cuánto llegaste a Estados Unidos?

Yo me siento ya estadounidense, pero soy dominicana de corazón. Viajo con tanta frecuencia a mi país que siento que vivo en los dos lugares. 

Estados Unidos me abrió las puertas en 2003 para vivir, pero desde el 2000 he estado trabajando, cuando fui modelo de Sábado Gigante. Son dos décadas de estar recogiendo frutos de mi trabajo en este hermoso país. 

¿Qué extrañas de República Dominicana? 

Todo, y cuando digo todo no quiero ser diplomática, soy realista. Extraño desde la gastronomía variada y exquisita hasta la gente, la sonrisa genuina, el corazón amable, noble. 

El dominicano es visionario, trabajador y nunca se olvida de celebrar. Tenemos ese espíritu de fiesta en nuestra personalidad. A la familia, por supuesto. Siempre viajo para visitarlos o ellos me visitan. Nunca es lo mismo la tecnología que darnos un abrazo de cerca. 

Las playas de arenas blancas y aguas cristalinas. Podría pasar todo el día contando por qué extraño a República Dominicana, desde el olor del café hasta la sencillez de nuestra gente. Es un país al que seguiré viajando con tanta frecuencia porque no me he ido del todo, debido al amor que tengo por mi tierra.

¿Cuál fue tu primer trabajo en medios?

¡Con Juan Luis Guerra! Para los que no lo sabían, tenía un canal de televisión, Mango TV, porque todo lo de él es creatividad, y mi programa se llamaba Arroz con Mango. 

Rápidamente tuve la oportunidad de seguir creciendo en Mango TV y tuve tres programas con don Juan. Luego pase a la televisión nacional con mi programa y viceversa. 

Trabajaste también en Univisión, Telemundo y CNN, ¿cómo fue tu experiencia por estas grandes cadenas de comunicación? 

Tener a Juan Luis Guerra como patrón en República Dominicana y a Don Francisco en Estados Unidos. Llegué a Sábado Gigante y me senté en el público, y ahí estaban ellos. Tenía una fotografía mía que le entregué a los productores, y me invitaron a participar en un concurso del cual gané todas las semanas.

Fueron siete semanas en las que participé con candidatas de diferentes nacionalidades, y el premio final era ir a Sábado Gigante durante un mes. Ese tiempo se extendió a dos años. Fue mi primer trabajo en este país como una de las famosas modelos a las que Don Francisco les dio la oportunidad de hacer una carrera eventual en los medios.

Tuve al mejor de los maestros. La persona más perseverante, apasionada, dedicada y disciplinada en su oficio como es don Mario, a quien le tengo un gran cariño y una profunda gratitud por el voto de confianza que me dio a mí y a tantas colegas. 

Fue mucho lo que aprendí de Sábado Gigante para luego seguir desarrollando una carrera en los medios de comunicación, gracias a Telemundo, MegaTV, CNN, que me dieron esa gran oportunidad. 

“Yo me siento ya estadounidense, pero soy dominicana de corazón”

Mariela Encarnación, una dominicana que se atrevió a soñar en grande.

Mariela Encarnación, una dominicana que se atrevió a soñar en grande.

¿Qué proyectos tienes? 

Estoy trabajando en varios proyectos porque, aunque siempre me he dedicado al entretenimiento y veo que continuaré una carrera en ese campo, he recibido una oferta muy interesante para apoyar una causa que me toca muy de cerca, relacionada con nosotras las mujeres.

No puedo dar muchos detalles por temas de contrato, pero sí puedo decir que llega un momento en nuestras carreras profesionales donde entendemos que el ser humano pasa por diferentes etapas, y yo ahorita estoy en una en la que, como madre, ciudadana del mundo y como mujer, quiero dejar algo con este don que Dios me ha dado que es el de la comunicación. 

Qué lindo es poder usar mis palabras y cualquier plataforma que me permita crear conciencia sobre temas tan importantes como el amor propio, el respeto y las relaciones sanas. 

¿Cuál ha sido tu mayor reto? 

Neutralizar el acento, sobre todo cuando eres tan familiar y hablas con tus allegados todo el día. Recuerdo que mi primer profesor asignado por Sábado Gigante me decía que no podía hablar tanto con mis seres queridos porque lo que aprendía básicamente me lo autosaboteaba. 

Yo lo escuchaba a él y no lo lograba o no quería asimilarlo hasta que lo enfrenté y le dije que eso no iba a pasar. Si la forma de neutralizar mi acento era cortar la comunicación con mi familia y amistades, entonces me quedaría hablando dominicano toda mi vida y me regresaría a mi país. 

La maternidad también ha sido un desafío y lo será para todo padre que entienda que su vida ha cambiado para siempre por la enorme y hermosa responsabilidad que conlleva traer un hijo al mundo y saber que va a estar todo el tiempo observante para seguir tus pasos. 

El duelo por la pérdida de mi padre, más que un reto, ha sido un proceso sin fecha de expiración. Es aprender a vivir sin una de las personas más importantes de tu vida. 

Son tres retos profesionales y personales; sin embargo, cada uno ha tenido una razón importante para hacer una transformación en quien soy. 

Por: Beatriz Oliva
Fotos: Eden Blanco @eden_blanco | Estylo Magazine