María Alejandra Membreño: Una Inspiración Latina
Logros y Reconocimientos de María Alejandra Membreño
Desde el despacho principal de la ciudad de Sweetwater, Florida, María Alejandra Membreño observa el ir y venir cotidiano de una ciudad que conoce mejor que nadie. No es casualidad; esta nicaragüense llegó a Sweetwater siendo una niña, y hoy, tras años de formación y experiencia profesional, se ha convertido en una figura clave para el futuro de esta comunidad vibrante del sur de Florida.
Sweetwater, conocida como “La Pequeña Managua”, es un rincón de Miami-Dade donde las raíces centroamericanas no solo florecen, sino que se entrelazan con el progreso. Banderas azul y blanco ondean en parques, negocios familiares mantienen vivas las tradiciones, y una comunidad resiliente y orgullosamente latina, ha encontrado aquí una nueva patria. En medio de ese paisaje cultural, Membreño se ha convertido en un símbolo del compromiso, del liderazgo femenino y de la vocación pública construida desde la cercanía y el servicio.
A sus dos años como Jefa de Gabinete de la ciudad, Membreño no habla en términos burocráticos. Lo suyo es una narrativa de conexión personal, de retorno constante a sus raíces y de visión compartida. “Estoy más que agradecida por la oportunidad de servir junto al alcalde José ‘Pepe’ Díaz y liderar con propósito y corazón”, dice con el tono de quien no ha olvidado de dónde viene. No lo olvida, porque cada día de su gestión es, también, un reflejo de su propia historia migrante.
Una carrera sólida y ascendente
Formada profesionalmente en el sector bancario, Membreño construyó durante 17 años una carrera sólida y ascendente. Empezó abriendo cuentas en un banco a los 22 años, sin imaginar entonces que ese oficio le permitiría desarrollar no solo habilidades financieras, sino una sensibilidad única para comprender las necesidades de las personas. En el trato con clientes, muchos de ellos inmigrantes que como ella empezaban de cero, aprendió de primera mano las dificultades de emprender en tierra extranjera. Ese conocimiento no lo ha soltado. “Mi trayectoria bancaria me ha ayudado a no perder el enfoque y el toque personal cuando alguien viene a la alcaldía buscando ayuda”, asegura.
Ese sentido de proximidad guía su gestión. Lo más importante para ella no son las cifras frías ni las declaraciones institucionales, son los cambios tangibles en la vida cotidiana de los residentes. Habla con orgullo de los nuevos parques que antes no existían, de los programas comunitarios para la tercera edad, de los campamentos juveniles de verano con costos accesibles, y de una ciudad que “aunque parezca pequeña, es grande en corazón y esfuerzo”.
Sweetwater, bajo esta administración, ha apostado por la revitalización de espacios públicos, la mejora del ornato urbano, y la expansión de servicios esenciales. “Nuestro objetivo es darles a los residentes la ciudad que se merecen”, afirma Membreño. Y cuando habla de “nuestros residentes”, no se refiere sólo a los que llevan décadas viviendo aquí, sino también a los nuevos migrantes, a los hijos de la diáspora nicaragüense, a los jóvenes profesionales que regresan luego de graduarse. Todos ellos, insiste, deben encontrar en Sweetwater un lugar donde puedan crecer.
Liderar con el corazón desde “La Pequeña Managua”
Esa visión de futuro se articula también con una mirada social amplia. Los sectores más vulnerables, como los adultos mayores y los niños, están en el centro de sus prioridades. No es una estrategia política, es una convicción personal. Membreño ve en cada uno de ellos una parte de su propia comunidad, de su propia familia. Y por eso no escatima en destacar el trabajo colectivo de quienes la acompañan en el gobierno. “Se han producido cambios inmediatos, no solo gracias a mí, sino por la dedicación de todos los que trabajan bajo el liderazgo del alcalde”, subraya.
Lejos de un enfoque verticalista, la jefa de gabinete defiende una gestión colaborativa, donde la experiencia profesional se complementa con una escucha activa y con la voluntad de construir en comunidad. “Para influenciar hay que venir con profesionalismo”, afirma, destacando el equipo técnico y humano que hoy conforma la administración local.
Pero hay algo que marca especialmente su forma de liderar, y es el sentido de pertenencia. María Alejandra no se pone por encima de los residentes. “Yo sigo siendo una ciudadana de Sweetwater”, afirma, recordando con orgullo su llegada desde Nicaragua, su crianza entre sus calles y su educación en las escuelas locales. Esa vivencia, lejos de ser un dato anecdótico, es el fundamento de su servicio público. “Gracias por el honor de permitirme ser parte de esta administración”, dice con gratitud sincera, como quien entiende que cada día en el cargo es también una forma de devolverle algo a la comunidad que la formó.
Un paso hacia un futuro más inclusivo
La transformación que promueve no es solo física ni política, sino también emocional. Sweetwater ha dejado atrás años de estancamiento para convertirse en una ciudad en movimiento, con liderazgo transparente, con visión a largo plazo y con una ciudadanía más empoderada. Para Membreño, cada parque inaugurado, cada programa comunitario lanzado, cada espacio renovado es un paso hacia un futuro más inclusivo, donde “la historia inspira, la innovación prospera, las tradiciones se celebran y cada voz cuenta”.
Su anhelo es claro. Que Sweetwater siga creciendo no sólo en territorio, uno de los proyectos actuales es la anexión de nuevos espacios, sino también en oportunidades y equidad. Cree firmemente que no hay área de la ciudad que deba ser descuidada, y por eso insiste en la atención integral, en sacar el mayor provecho de los recursos disponibles, tanto financieros como humanos. “Cada sector necesita nuestra atención”, reitera con la convicción de quien sabe que no se trata de elegir prioridades, sino de integrar soluciones.
En su oficina, entre fotografías de actividades comunitarias y documentos de planificación, se respira la energía de alguien que no ha perdido la esperanza en el cambio posible. María Alejandra Membreño no solo representa a una administración municipal eficiente; es también el rostro de una nueva generación de líderes hispanos en Estados Unidos. Líderes que no niegan su historia, que no se avergüenzan de su acento, y que hacen de su identidad una herramienta poderosa para construir comunidad.
Su mensaje final no es técnico ni programático. Es, más bien, una declaración de principios: “Siempre hay un nuevo inicio para una ciudad, sobre todo si contamos con el apoyo de la gente que le gusta hacer el bien”. Y en esa frase cabe toda su trayectoria, su historia migrante, su amor por Nicaragua, y su apuesta diaria por una Sweetwater mejor.
Por: Marianela Rodríguez
Fotos: Edén Blanco | Hispanic Media







