¿Sabes sacarle provecho a tu corrector de ojeras?
La mirada es el primer punto de conexión. Sin embargo, el ritmo frenético de la vida y la contaminación pueden, a veces, dejar su huella en la delicada piel bajo nuestros ojos. Es aquí donde el corrector de ojeras se transforma en una herramienta esencial en el arsenal de belleza, pero no solo se encarga de ocultar, si se le da un buen uso, puede iluminar, unificar el tono y realzar la belleza.
Rubén Gato Zamora, maquillador con 25 años de trayectoria le dijo a Vogue que “siempre aplico contorno de ojos antes de maquillar. Sin embargo, jamás pongo base sobre el contorno de ojos para, seguidamente, tener que aplicar el corrector y cargar la zona”.
Es muy importante que no haya ninguna línea marcada o cuarteada antes de aplicar el polvo ya que, de ser así, será imposible disimularla después. Por eso se recomienda usar pinceles y luego dar un toque con el dedo anular, que es el que menos peso tiene.
Para lograr un acabado natural, el corrector debe ser un tono ligeramente más claro que la base, evitando un contraste excesivo. Si las ojeras son marrones, optar por un corrector con un ligero subtono anaranjado; para las violáceas, uno rosado será ideal. En el caso de ojeras suaves, un corrector beige complementará perfectamente el tono de piel.
Aplicar el corrector en forma de triángulo invertido debajo de los ojos, con la base del triángulo hacia abajo es la mejor forma de hacerlo según Maybelline.
Si la persona lidia con granitos o poros dilatados, debe aplicar el corrector directamente sobre estas imperfecciones antes de su base habitual. Este paso clave le permitirá unificar el tono y alisar la textura de su piel, cubriendo eficazmente manchas, cicatrices, acné o pequeñas arrugas. El resultado será un rostro con un color más homogéneo y una superficie más lisa, lista para el resto de su maquillaje.
Añadir a la rutina de belleza el uso de contorno de ojos, también ayudará a evitar bolsas, arrugas y ojeras oscuras.
Por: Sara Pacheco
Foto: RDNE Stock project / Pexels